La Batalla de Almansa se produjo durante el conflicto internacional de la Guerra de Sucesión Española el 25 de abril de 1707 en Almansa (actual provincia de Albacete, en los límites entre Valencia, Alicante y Murcia, en España). En el enfrentamiento, las tropas de Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV de Francia), que había sido coronado como Felipe V, mandadas por el duque de Berwick, derrotaron a las del archiduque Carlos de Austria, comandadas por Henri de Massue y el Marquês das Minas. La batalla no fue decisiva para el fin del conflicto internacional, pero sí abrió las puertas hacia el Reino de Valencia. Como consecuencia de esta batalla, el Reino de Valencia fue ocupado por las tropas borbónicas (con mucha resistencia austracista) aunque los fueros fueron abolidos, junto con los de Aragón, tras la publicación de los Decretos de Nueva Planta.
Tras haberse retirado las tropas austracistas a territorios de la Corona de Aragón, las fuerzas aliadas decidieron plantar cara a las borbónicas en la población de Almansa, cerca de la frontera del Reino de Valencia.
La batalla se inició a las 15 horas del 25 de abril. Ambos ejércitos se desplegaron cara a cara a lo largo de 6,5 km. Los aliados, partidarios del Archiduque Carlos, alinearon 42 batallones de infantería, compuestos cada uno de 400 hombres, y 60 escuadrones de caballería, de 100 jinetes cada uno, mientras que los borbónicos dispusieron 50 batallones de infantería y 81 escuadrones de caballería, formando ambos ejércitos con dos líneas de profundidad. Paradójicamente, la única representación valenciana era el regimiento Valencia -luego rebautizado Jaén- de 300 hombres al mando del coronel Riera en el bando borbónico.
La batalla dio comienzo con el fuego de artillería. Las tropas aliadas, cansadas, en inferioridad numérica y mal dirigidas, rompieron la formación entre el centro y el flanco debido al empuje de la caballería borbónica. La caballería francesa provocó la retirada de las tropas aliadas en el flanco izquierdo, mientras que las tropas de la zona central acabaron por rendirse a las 17 horas.
Consecuencias
La batalla de Almansa no fue decisiva para la guerra, pero abrió el camino para la ocupación del Reino de Valencia, aunque no significó la rendición de los austracistas del Reino. El ejército borbónico hubo de ir conquistando las poblaciones que se le resistían, como antes el austracista se había visto obligado a hacer con las fieles a Felipe V. Játiva fue la primera ciudad asediada.
El 6 de junio de 1707 se rendía la ciudad, tras lo cual, el día 19, la ciudad fue incendiada por orden del rey Felipe V. Posteriormente se le cambió el nombre por el de San Felipe y se procedió a su repoblación por personas fieles a la causa borbónica (en la actualidad se conserva un cuadro de Felipe V en el Museo Municipal de Játiva colgado boca abajo desde 1940 en señal de condena por el incendio de la ciudad). Más tarde lo fueron, también con gran oposición, Alcoy, Denia y Alicante.
Sin embargo, la ocupación del Reino de Valencia continuó a pesar de la oposición austracista. El Archiduque llegó a liberar al líder austracista Joan Baptista Basset (que había sido encarcelado por sus políticas favorables al campesinado y opuestas a los privilegios nobiliarios), a fin de organizar las pocas fuerzas fieles a los austriacistas, sin conseguir frenar el avance borbónico.
Tras la conquista del Reino de Valencia, tan sólo Cataluña y las Islas Baleares continuaron apoyando la causa austracista. En la actual Comunidad Valenciana todavía pervive el dicho: «Quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança» (Cuando el mal viene de Almansa, a todos alcanza), o «De ponent, ni vent ni gent» (De poniente, ni viento ni gente), recordando esta derrota.
Existe un álbum del grupo valenciano Al Tall titulado Quan el mal ve d'Almansa... que narra hechos significativos de este episodio de la historia valenciana. En 2007, con motivo del 300 aniversario de la batalla, se realizaron diversas actividades y manifestaciones.
extraido en Wikipedia
Tras haberse retirado las tropas austracistas a territorios de la Corona de Aragón, las fuerzas aliadas decidieron plantar cara a las borbónicas en la población de Almansa, cerca de la frontera del Reino de Valencia.
La batalla se inició a las 15 horas del 25 de abril. Ambos ejércitos se desplegaron cara a cara a lo largo de 6,5 km. Los aliados, partidarios del Archiduque Carlos, alinearon 42 batallones de infantería, compuestos cada uno de 400 hombres, y 60 escuadrones de caballería, de 100 jinetes cada uno, mientras que los borbónicos dispusieron 50 batallones de infantería y 81 escuadrones de caballería, formando ambos ejércitos con dos líneas de profundidad. Paradójicamente, la única representación valenciana era el regimiento Valencia -luego rebautizado Jaén- de 300 hombres al mando del coronel Riera en el bando borbónico.
La batalla dio comienzo con el fuego de artillería. Las tropas aliadas, cansadas, en inferioridad numérica y mal dirigidas, rompieron la formación entre el centro y el flanco debido al empuje de la caballería borbónica. La caballería francesa provocó la retirada de las tropas aliadas en el flanco izquierdo, mientras que las tropas de la zona central acabaron por rendirse a las 17 horas.
Consecuencias
La batalla de Almansa no fue decisiva para la guerra, pero abrió el camino para la ocupación del Reino de Valencia, aunque no significó la rendición de los austracistas del Reino. El ejército borbónico hubo de ir conquistando las poblaciones que se le resistían, como antes el austracista se había visto obligado a hacer con las fieles a Felipe V. Játiva fue la primera ciudad asediada.
El 6 de junio de 1707 se rendía la ciudad, tras lo cual, el día 19, la ciudad fue incendiada por orden del rey Felipe V. Posteriormente se le cambió el nombre por el de San Felipe y se procedió a su repoblación por personas fieles a la causa borbónica (en la actualidad se conserva un cuadro de Felipe V en el Museo Municipal de Játiva colgado boca abajo desde 1940 en señal de condena por el incendio de la ciudad). Más tarde lo fueron, también con gran oposición, Alcoy, Denia y Alicante.
Sin embargo, la ocupación del Reino de Valencia continuó a pesar de la oposición austracista. El Archiduque llegó a liberar al líder austracista Joan Baptista Basset (que había sido encarcelado por sus políticas favorables al campesinado y opuestas a los privilegios nobiliarios), a fin de organizar las pocas fuerzas fieles a los austriacistas, sin conseguir frenar el avance borbónico.
Tras la conquista del Reino de Valencia, tan sólo Cataluña y las Islas Baleares continuaron apoyando la causa austracista. En la actual Comunidad Valenciana todavía pervive el dicho: «Quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança» (Cuando el mal viene de Almansa, a todos alcanza), o «De ponent, ni vent ni gent» (De poniente, ni viento ni gente), recordando esta derrota.
Existe un álbum del grupo valenciano Al Tall titulado Quan el mal ve d'Almansa... que narra hechos significativos de este episodio de la historia valenciana. En 2007, con motivo del 300 aniversario de la batalla, se realizaron diversas actividades y manifestaciones.
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