A la llegada de los españoles los pijaos se encontraban divididos en dos federaciones, una en los llanos del alto Magdalena que agrupaba a Coyaima, Natagaima, Guauro y Tamagale y otra en las sierras andinas que agrupaba a las comunidades de la Cordillera Central. La «pacificación» de esta federación de cacicazgos tomó alrededor de ochenta años, en las llamadas «guerras pijaos», y se logró con el genocidio de sus varones y la conversión al catolicismo y mestizaje forzado de sus mujeres esclavizadas.
Las guerras con estas gentes ocurrieron por los derechos sobre los ríos Magdalena, Amoya, Saldaña, Quimbaya y Cauca de Colombia. En Colombia estas etnias consideraron la Estrella fluvial colombiana como un Hito o Guaca en este Macizo Colombiano se encuentra el Parque Arqueológico de San Agustín. El hecho significativo para estas etnias era que en este lugar tienen origen el Río Magdalena y su afluente el Río Cauca, varios afluentes del Río Orinoco, como afluentes del Río Amazonas contando con nacimientos para el Río Caquetá, y nace en esta cordillera el Río Patía que tiene como afluente el Río San Juan y que llevan sus aguas al Océano Pacífico.
Como sus resguardos fueron disueltos durante el siglo XIX, los pijaos iniciaron la recuperación de su territorio, bajo el liderazgo del Quintín Lame que en 1914 dirigió un levantamiento indígena en el Cauca y quiso extenderlo al Huila, Tolima y Valle. Se le acusó de construir una república de los indígenas, y fue arrestado.
Manuel Quintín Lame fue conducido a la cárcel de Ortega, donde fue sometido a torturas y malos tratos durante los dos años de su permanencia en prisión. En agosto de 1921, Lame fue liberado y se integró al movimiento pijao en el Tolima. En 1924 redactó su libro: El pensamiento del indio que se educó en las selvas colombianas.
Su lucha por la tierra pijao obtuvo frutos en 1938, cuando se decretó la restitución de los resguardos pijaos de Ortega y Chaparral. Sin embargo, la violencia contra los indígenas se agudizó a partir de 1945, culminando con el despojo de casi la totalidad de sus tierras, la desintegración social y cultural, la migración y los desplazamientos masivos de la población indígena. Desde entonces se encuentran pijaos en varias regiones lejanas a su origen, como Mesetas Meta. También por causa del conflicto armado colombiano, a partir de 1964, migraron comunidades de pijaos como la de Yaguará que se trasladó a la selva en los límites de Caquetá y Guaviare.
Estos y otros pueblos prehispánicos encontraban sagrados y mágicos muchos elementos naturales: astros, eventos meteorológicos, fuentes de agua, seres vivos, vegetales, minerales y su propia existencia, practicaban una forma de animismo en donde todo forma parte una sola unidad divina (monoteísmo primitivo).
Pensaban que las acciones del hombre afectaban esta unidad divina y para mantener tan delicado equilibrio realizaban variadas formas rituales. Hacían representaciones o ídolos en oro, cerámica o troncos de madera de estos elementos mágicos que adornaban con dardos o lanzas, les pintaban de distintos colores y procuraban que fueran propicios con ofrendas de distintos elementos desde: sangre humana hasta bebidas de chicha de diferentes ingredientes. Sus ceremonias sagradas eran precedidas del ayuno de sus sacerdotes, a los que llamaban mohanes.
Las ideas de Quintín Lame renacieron a la sombra de la Asociación de Usuarios Campesinos, ANUC, pero sólo florecieron con la consolidación del Consejo Regional Indígena del Tolima, CRIT, durante el Primer Congreso Indígena del Tolima, en 1982. El nuevo movimiento, si bien no ha logrado recuperar sino el por ciento de los Resguardos coloniales, sí ha podido lograr que el estado reconozca setenta Resguardos pequeños en 17 municipios, que son la base territorial de los programas de gobierno autónomo, empresa de salud, cultura y educación propia.
En el departamento del Huila viven en el resguardo del desierto de la Tatacoa en el municipio de villavieja y los de Caquetá habitan en el municipio de San Vicente del Caguán en los resguardos de Llanos de Yarí y Yaguara II. Sin embargo, durante los últimos años nuevos desplazamientos forzados por la violencia han ocurrido y existe en Bogotá un cabildo de los pijaos desplazados.
El idioma pijao está muy mal documentado, y se conoce solo un puñado de palabras. El idioma está extinto desde los años cincuenta. Gran parte de nuestra información sobre ella procede de Fray Pedro Simón y otros cronistas españoles y de "listas de vocabulario" recogidas en 1943 en el municipio de Ortega por Alicia y Gerardo Reichel-Dolmatoff, así como por Roberto Pineda Giraldo y Milcíades Chaves. Según Simón, los panches hablaban el mismo idioma que los pijaos.
El idioma pijao fue incluido dentro de la familia lingüística caribe por Paul Rivet,2426 sin embargo, el examen del escaso vocabulario conocido permite rechazar que la lengua de los pijao fuera caribe. La evidencia lingüística no permite hasta el momento establecer parentescos filogenéticos, pues es insuficiente. El idioma pijao permanece sin clasificar o es caracterizado como lengua aislada
Las guerras con estas gentes ocurrieron por los derechos sobre los ríos Magdalena, Amoya, Saldaña, Quimbaya y Cauca de Colombia. En Colombia estas etnias consideraron la Estrella fluvial colombiana como un Hito o Guaca en este Macizo Colombiano se encuentra el Parque Arqueológico de San Agustín. El hecho significativo para estas etnias era que en este lugar tienen origen el Río Magdalena y su afluente el Río Cauca, varios afluentes del Río Orinoco, como afluentes del Río Amazonas contando con nacimientos para el Río Caquetá, y nace en esta cordillera el Río Patía que tiene como afluente el Río San Juan y que llevan sus aguas al Océano Pacífico.
Como sus resguardos fueron disueltos durante el siglo XIX, los pijaos iniciaron la recuperación de su territorio, bajo el liderazgo del Quintín Lame que en 1914 dirigió un levantamiento indígena en el Cauca y quiso extenderlo al Huila, Tolima y Valle. Se le acusó de construir una república de los indígenas, y fue arrestado.
Manuel Quintín Lame fue conducido a la cárcel de Ortega, donde fue sometido a torturas y malos tratos durante los dos años de su permanencia en prisión. En agosto de 1921, Lame fue liberado y se integró al movimiento pijao en el Tolima. En 1924 redactó su libro: El pensamiento del indio que se educó en las selvas colombianas.
Su lucha por la tierra pijao obtuvo frutos en 1938, cuando se decretó la restitución de los resguardos pijaos de Ortega y Chaparral. Sin embargo, la violencia contra los indígenas se agudizó a partir de 1945, culminando con el despojo de casi la totalidad de sus tierras, la desintegración social y cultural, la migración y los desplazamientos masivos de la población indígena. Desde entonces se encuentran pijaos en varias regiones lejanas a su origen, como Mesetas Meta. También por causa del conflicto armado colombiano, a partir de 1964, migraron comunidades de pijaos como la de Yaguará que se trasladó a la selva en los límites de Caquetá y Guaviare.
Estos y otros pueblos prehispánicos encontraban sagrados y mágicos muchos elementos naturales: astros, eventos meteorológicos, fuentes de agua, seres vivos, vegetales, minerales y su propia existencia, practicaban una forma de animismo en donde todo forma parte una sola unidad divina (monoteísmo primitivo).
Pensaban que las acciones del hombre afectaban esta unidad divina y para mantener tan delicado equilibrio realizaban variadas formas rituales. Hacían representaciones o ídolos en oro, cerámica o troncos de madera de estos elementos mágicos que adornaban con dardos o lanzas, les pintaban de distintos colores y procuraban que fueran propicios con ofrendas de distintos elementos desde: sangre humana hasta bebidas de chicha de diferentes ingredientes. Sus ceremonias sagradas eran precedidas del ayuno de sus sacerdotes, a los que llamaban mohanes.
Las ideas de Quintín Lame renacieron a la sombra de la Asociación de Usuarios Campesinos, ANUC, pero sólo florecieron con la consolidación del Consejo Regional Indígena del Tolima, CRIT, durante el Primer Congreso Indígena del Tolima, en 1982. El nuevo movimiento, si bien no ha logrado recuperar sino el por ciento de los Resguardos coloniales, sí ha podido lograr que el estado reconozca setenta Resguardos pequeños en 17 municipios, que son la base territorial de los programas de gobierno autónomo, empresa de salud, cultura y educación propia.
En el departamento del Huila viven en el resguardo del desierto de la Tatacoa en el municipio de villavieja y los de Caquetá habitan en el municipio de San Vicente del Caguán en los resguardos de Llanos de Yarí y Yaguara II. Sin embargo, durante los últimos años nuevos desplazamientos forzados por la violencia han ocurrido y existe en Bogotá un cabildo de los pijaos desplazados.
El idioma pijao está muy mal documentado, y se conoce solo un puñado de palabras. El idioma está extinto desde los años cincuenta. Gran parte de nuestra información sobre ella procede de Fray Pedro Simón y otros cronistas españoles y de "listas de vocabulario" recogidas en 1943 en el municipio de Ortega por Alicia y Gerardo Reichel-Dolmatoff, así como por Roberto Pineda Giraldo y Milcíades Chaves. Según Simón, los panches hablaban el mismo idioma que los pijaos.
El idioma pijao fue incluido dentro de la familia lingüística caribe por Paul Rivet,2426 sin embargo, el examen del escaso vocabulario conocido permite rechazar que la lengua de los pijao fuera caribe. La evidencia lingüística no permite hasta el momento establecer parentescos filogenéticos, pues es insuficiente. El idioma pijao permanece sin clasificar o es caracterizado como lengua aislada
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