En el siglo VIII tendrá lugar uno de los hechos más determinantes para la historia de España: la invasión musulmana. En el año 711, los musulmanes se apoderan de un reino visigodo muy debilitado por las luchas intestinas.. Hispania se convierte, a partir de entonces, en al-Andalus, una parte más del Imperio creado por Mahoma cien años antes. A lo largo de sus ocho siglos de existencia, al-Andalus será un escenario de mestizaje e intercambio, el puente a través del cual llega a Europa la herencia del saber del mundo clásico. La invasión musulmana se desarrolla en varias expediciones a lo largo de cuatro años. Entre 711 y 725 toda la península ha sido ocupada, salvo pequeños núcleos en Asturias y los Pirineos.
Tras unos años de sequía, los invasores se retiran tras los ríos Duero y Ebro. La retirada favorece la recuperación de los núcleos cristianos. El pequeño reino de Asturias se convertirá en el punto de partida de la resistencia al invasor, la llamada Reconquista. Tras la legendaria batalla de Covadonga, hacia 720, Pelayo y otra serie de reyes asturianos expanden el reino. Navarra se mantiene independiente, mientras que Carlomagno ocupa los territorios al norte del Ebro, organizando los condados catalanes y la Marca Hispánica para frenar a los musulmanes.
En el siglo X, la zona musulmana de Hispania se ha convertido en Califato. Abderramán III y sus sucesores organizan una corte califal llena de lujo y boato, ampliándose la mezquita cordobesa y edificando la ciudad palaciega de Medina Azahara. Por el lado cristiano, el reino de Asturias se convierte ahora en el de León. Ramiro II será su monarca más poderoso, derrotando a los musulmanes en Simancas en el año 939. A finales de siglo, sin embargo, la expansión de los reinos cristianos sufre un fuerte retroceso, debido al empuje de los musulmanes, dirigidos ahora por Almanzor.
La situación cambiará radicalmente en la centuria siguiente. Durante el siglo XI, el califato de Córdoba se desintegra en numerosos reinos, llamados de taifas. Galicia, León, Castilla, Navarra y Aragón se organizan como reinos, mientras que en Cataluña evolucionan los condados catalanes. La división musulmana favorece las incursiones leonesas, castellanas y aragonesas, en un avance demoledor.
La debilidad de los reinos de taifas y la presión de los ejércitos cristianos movieron a los andalusíes a llamar en su ayuda a la dinastía africana de los almorávides. Estos consiguen en el año 1086, en Sagrajas, frenar la expansión cristiana. Los almorávides controlarán al-Andalus durante cerca de 100 años, pero su poder acabará por debilitarse, lo que aprovechan los reinos cristianos para atacar.
Tras unos años de sequía, los invasores se retiran tras los ríos Duero y Ebro. La retirada favorece la recuperación de los núcleos cristianos. El pequeño reino de Asturias se convertirá en el punto de partida de la resistencia al invasor, la llamada Reconquista. Tras la legendaria batalla de Covadonga, hacia 720, Pelayo y otra serie de reyes asturianos expanden el reino. Navarra se mantiene independiente, mientras que Carlomagno ocupa los territorios al norte del Ebro, organizando los condados catalanes y la Marca Hispánica para frenar a los musulmanes.
En el siglo X, la zona musulmana de Hispania se ha convertido en Califato. Abderramán III y sus sucesores organizan una corte califal llena de lujo y boato, ampliándose la mezquita cordobesa y edificando la ciudad palaciega de Medina Azahara. Por el lado cristiano, el reino de Asturias se convierte ahora en el de León. Ramiro II será su monarca más poderoso, derrotando a los musulmanes en Simancas en el año 939. A finales de siglo, sin embargo, la expansión de los reinos cristianos sufre un fuerte retroceso, debido al empuje de los musulmanes, dirigidos ahora por Almanzor.
La situación cambiará radicalmente en la centuria siguiente. Durante el siglo XI, el califato de Córdoba se desintegra en numerosos reinos, llamados de taifas. Galicia, León, Castilla, Navarra y Aragón se organizan como reinos, mientras que en Cataluña evolucionan los condados catalanes. La división musulmana favorece las incursiones leonesas, castellanas y aragonesas, en un avance demoledor.
La debilidad de los reinos de taifas y la presión de los ejércitos cristianos movieron a los andalusíes a llamar en su ayuda a la dinastía africana de los almorávides. Estos consiguen en el año 1086, en Sagrajas, frenar la expansión cristiana. Los almorávides controlarán al-Andalus durante cerca de 100 años, pero su poder acabará por debilitarse, lo que aprovechan los reinos cristianos para atacar.
Fuente(s): http://www.youtube.com/watch?v=NhnB8RbYmkw&feature=BFa&list=PL6B039900EAE654E8&lf=plcp
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