La Orden de Malta, o, usando su nombre completo, la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, nació hace más de nueve siglos, a principios del XI, fundada por un grupo de comerciantes italianos que crean en la ciudad de Jerusalén un hospital para peregrinos que visitaban los Santos Lugares. Un conjunto de señores feudales se dedicarían, dejando de lado su poder y su riqueza, al cuidado de los enfermos; con el tiempo duplicaría su actividad dando lugar a una orden que durante ciento setenta años defendió los Reinos Latinos de Oriente. Opusieron resistencia al Imperio Otomano durante más de siete siglos, y se enfrentaron a la piratería musulmana. En la actualidad son una importante organización humanitaria de gran poder e influencia. A principios del siglo XI comenzarían, durante la Alta Edad Media, Las Cruzadas. Una guerra santa para reconquistar Jerusalén.
Hacia 1048 unos mercaderes procedentes de Amalfi edificaron una iglesia y un hospital en la ciudad Santa; dónde cuidaban de los peregrinos que van llegando y pronto también a musulmanes y judíos. La cofradía creció en número y el Beato Gerardo, el fundador, se convertiría en el primer jefe de esta orden de Hospitalarios. Éste propuso tomar un hábito regular, un vestido negro con una cruz blanca de ocho ángulos , las ocho bienaventuranzas, generándose una auténtica orden religiosa independiente que adopta la regla benedictina. Pedro de Barcelona, de origen español; y el sucesor de Gerardo, Raimundo de Podio, serían otras importantes figuras de responsabilidad en el momento.
El Papa Pascual II reconocería a La Orden en 1113 mediante la bula: “Pie postulatio voluntatis” y le concedería una serie de privilegios. La Orden, de la mano del Beato Gerardo se iría expandiendo y hacia 1120 tendría ya posesiones en Antioquía, Cesarea, Haifa o Jericó; y aunque amenazada por las tropas califales logaró aumentar notablemente sus bienes y fundó nuevas casas. Tras la muerte de Frey Gerardo, Raimundo de Podio dotaría a la orden de un carácter más práctico, e instituyendo un nuevo voto, el de luchar contra los infieles, armó militarmente a La Orden para su defensa. Ésta se dividió en tres grupos: Caballeros, Sacerdotes y Hermanos Sargentos en Armas, que no era eclesiásticos ni formaban parte de los ejércitos cruzados. Poco a poco surgirían una red de fortificaciones, como la del Krak en Siria, dónde aún permanece; y llegaría a extenderse hasta Rodas, Malta, o el Campo de San Juan, en la Mancha.
Tras la caía de Jerusalén, los Reinos Latinos de Oriente desaparecerían en 1291 tras la derrota de San Juan de Acre. Aún así los Hospitalarios permanecerían en tierras de Oriente y se embarcan a Chipre en busca de refuerzos para continuar la lucha. El Gran Maestre Jean de Villiers convocaría a todos los miembros de la Orden ante la dramática situación y se decidiría la protección de los barcos de peregrinos que partían desde el puerto de Limasol, en la isla. Se les defiende de la piratería musulmana permitiéndoles alcanzar Siria y Palestina. No obstante la inseguridad de Limasol les hará comenzar con la conquista de Rodas y mientras, eximidos del pago de tributos por el Papa, las riquezas de La Orden comienzan a ser cuantiosas.
La Orden entraría en Rodas en 1309 tras tomar la fortaleza de Filermo y construirán otras, sobrias y eficaces, a la vez que su flota actúa de forma regular contra turcos y piratas bereberes y lo seguirá haciendo hasta el siglo XVIII. En 1480 Fernando el Católico tomaría bajo su protección a la Soberana Orden de Malta, si bien La Orden llevaba actuando en territorios de la península desde la época de la Reconquista, dónde fueron de gran ayuda. Durante su estancia en Rodas, La Orden convirtió la isla en un bastión de la Cristiandad, con una fuerza naval increíble, disciplinada y eficaz. Y llegaron a construir el primer acorazado de la historia, el Santa Ana, en 1522. La flota soportó tres feroces embestidas de conquista desde 1440 hasta 1480, pero el posterior asedio de Solimán el Magnífico fue muy duro, y tras seis meses de resistencia tienen, finalmente, la necesidad de evacuar la isla.
Tras pasar por Creta, La Orden es recibida en Roma por el Papa, que sin embargo y a pesar de los honores, no les aporta demasiado apoyo. La situación cambiaría con la elección de Clemente VII como pontífice, ya que era miembro de La Orden; además Carlos I le concederá a los Hospitalarios, como agradecimiento pos su intercesión con Francisco de Francia, las islas de Malta. La flota alcanzaría el lugar en 1530, y se convertiría en el freno de la expansión otomana por vía mediterránea. Sin embargo en 1565 Solimán sitiaría la isla y tras un mes de encarnizadas batallas tomaría el fuerte de Sant Elmo, no sin numerosas bajas. La Orden recibió ayuda por parte del rey de Sicilia, y de España con el envió de setecientos soldados. Casi cuatro meses después y con el refuerzo de una flota enviada por Felipe II la escuadra turca acabará por retirarse.
La Orden, sin embargo, acabaría abandonando la isla. Tras la confiscación de sus bienes durante la Revolución Francesa, en 1977 firma un tratado por el que se crea el Gran Priorato de Malta en Rusia, convirtiéndose el Zar pablo I en el Gran protector de la Orden. Molesto por la influencia rusa en La Orden, Napoleón ordena que se tome la isla, violando los acuerdos de Utrecht sobre la neutralidad de la orden, que no se opuso a la invasión y marcha pocos días después. En 1800 mediante el Tratado de Amiens, Francia osa devolver el territorio de Malta, pero con la reanudación de las hostilidades entre ambos nunca se llevaría a cabo la devolución. Tras esto La Orden pasa por un periodo catastrófico. Debido a la furia anticlerical que asola a Europa, sus posesiones de Los Estados Pontificios, de Alemania, Baviera o Francia son expropiadas, quedándose sólo con las de Sicilia Y Bohemia. La Orden de Malta recalaría entonces en Roma hacia 1834 y no sería hasta dos cientos años después de su expulsión, que podría, por fin, regresar a Malta en 1991.
En cualquier caso, más allá de los avatares militares, La Orden se entregó a su primer objetivo: la hospitalidad. Ocupándose de acciones caritativas durante siglos, llegando hasta la I Guerra Mundial y perpetuándose en la actualidad. Pero arte y ciencia fueron también intereses de La Orden. Durante su estancia en Malta fueron mecenas de artistas, y sus edificaciones destacan por su belleza y sobriedad arquitectónica, creadas por Sarbelloni o Buonamicci; y pintores como Caravaggio trabajaron a su servicio. En la actual Biblioteca Nacional de Malta, construida por la Orden en 1786 se conservan obras y manuscritos que preservan la Historia de la Orden para la posteridad.
En la actualidad La Orden es una organización religiosa laica de entre las más antiguas de la Cristiandad y ostenta el estatus de “sujeto de Derecho Internacional” con carácter de Estado Soberano, aunque no posea territorio o súbditos. Se compone de un Soberano Consejo y la presidencia le corresponde al Príncipe y Gran Maestre con rango de Jefe de Estado. Su carácter religioso es fundamental hoy en día y sus fines actuales siguen siendo los de la defensa de la fe y la ayuda material y moral a los necesitados. En cualquier caso sus desventuras son parte ya de la Historia desde que naciera en medio de las cruzadas, hace varios siglos.
BIBLIOGRAFÍA
MORENÉS Y MARIATÉGUI,C,: "Historia resumida de la soberana Orden de Malta", Madrid, 1995.
SALVÁ, J,:"La Orden de Malta : y las acciones navales españolas contra turcos y berberiscos en los siglos XVI y XVII", Madrid, 1944.
Fuente(s): cmasmblogdehistoria
Hacia 1048 unos mercaderes procedentes de Amalfi edificaron una iglesia y un hospital en la ciudad Santa; dónde cuidaban de los peregrinos que van llegando y pronto también a musulmanes y judíos. La cofradía creció en número y el Beato Gerardo, el fundador, se convertiría en el primer jefe de esta orden de Hospitalarios. Éste propuso tomar un hábito regular, un vestido negro con una cruz blanca de ocho ángulos , las ocho bienaventuranzas, generándose una auténtica orden religiosa independiente que adopta la regla benedictina. Pedro de Barcelona, de origen español; y el sucesor de Gerardo, Raimundo de Podio, serían otras importantes figuras de responsabilidad en el momento.
El Papa Pascual II reconocería a La Orden en 1113 mediante la bula: “Pie postulatio voluntatis” y le concedería una serie de privilegios. La Orden, de la mano del Beato Gerardo se iría expandiendo y hacia 1120 tendría ya posesiones en Antioquía, Cesarea, Haifa o Jericó; y aunque amenazada por las tropas califales logaró aumentar notablemente sus bienes y fundó nuevas casas. Tras la muerte de Frey Gerardo, Raimundo de Podio dotaría a la orden de un carácter más práctico, e instituyendo un nuevo voto, el de luchar contra los infieles, armó militarmente a La Orden para su defensa. Ésta se dividió en tres grupos: Caballeros, Sacerdotes y Hermanos Sargentos en Armas, que no era eclesiásticos ni formaban parte de los ejércitos cruzados. Poco a poco surgirían una red de fortificaciones, como la del Krak en Siria, dónde aún permanece; y llegaría a extenderse hasta Rodas, Malta, o el Campo de San Juan, en la Mancha.
Tras la caía de Jerusalén, los Reinos Latinos de Oriente desaparecerían en 1291 tras la derrota de San Juan de Acre. Aún así los Hospitalarios permanecerían en tierras de Oriente y se embarcan a Chipre en busca de refuerzos para continuar la lucha. El Gran Maestre Jean de Villiers convocaría a todos los miembros de la Orden ante la dramática situación y se decidiría la protección de los barcos de peregrinos que partían desde el puerto de Limasol, en la isla. Se les defiende de la piratería musulmana permitiéndoles alcanzar Siria y Palestina. No obstante la inseguridad de Limasol les hará comenzar con la conquista de Rodas y mientras, eximidos del pago de tributos por el Papa, las riquezas de La Orden comienzan a ser cuantiosas.
La Orden entraría en Rodas en 1309 tras tomar la fortaleza de Filermo y construirán otras, sobrias y eficaces, a la vez que su flota actúa de forma regular contra turcos y piratas bereberes y lo seguirá haciendo hasta el siglo XVIII. En 1480 Fernando el Católico tomaría bajo su protección a la Soberana Orden de Malta, si bien La Orden llevaba actuando en territorios de la península desde la época de la Reconquista, dónde fueron de gran ayuda. Durante su estancia en Rodas, La Orden convirtió la isla en un bastión de la Cristiandad, con una fuerza naval increíble, disciplinada y eficaz. Y llegaron a construir el primer acorazado de la historia, el Santa Ana, en 1522. La flota soportó tres feroces embestidas de conquista desde 1440 hasta 1480, pero el posterior asedio de Solimán el Magnífico fue muy duro, y tras seis meses de resistencia tienen, finalmente, la necesidad de evacuar la isla.
Tras pasar por Creta, La Orden es recibida en Roma por el Papa, que sin embargo y a pesar de los honores, no les aporta demasiado apoyo. La situación cambiaría con la elección de Clemente VII como pontífice, ya que era miembro de La Orden; además Carlos I le concederá a los Hospitalarios, como agradecimiento pos su intercesión con Francisco de Francia, las islas de Malta. La flota alcanzaría el lugar en 1530, y se convertiría en el freno de la expansión otomana por vía mediterránea. Sin embargo en 1565 Solimán sitiaría la isla y tras un mes de encarnizadas batallas tomaría el fuerte de Sant Elmo, no sin numerosas bajas. La Orden recibió ayuda por parte del rey de Sicilia, y de España con el envió de setecientos soldados. Casi cuatro meses después y con el refuerzo de una flota enviada por Felipe II la escuadra turca acabará por retirarse.
La Orden, sin embargo, acabaría abandonando la isla. Tras la confiscación de sus bienes durante la Revolución Francesa, en 1977 firma un tratado por el que se crea el Gran Priorato de Malta en Rusia, convirtiéndose el Zar pablo I en el Gran protector de la Orden. Molesto por la influencia rusa en La Orden, Napoleón ordena que se tome la isla, violando los acuerdos de Utrecht sobre la neutralidad de la orden, que no se opuso a la invasión y marcha pocos días después. En 1800 mediante el Tratado de Amiens, Francia osa devolver el territorio de Malta, pero con la reanudación de las hostilidades entre ambos nunca se llevaría a cabo la devolución. Tras esto La Orden pasa por un periodo catastrófico. Debido a la furia anticlerical que asola a Europa, sus posesiones de Los Estados Pontificios, de Alemania, Baviera o Francia son expropiadas, quedándose sólo con las de Sicilia Y Bohemia. La Orden de Malta recalaría entonces en Roma hacia 1834 y no sería hasta dos cientos años después de su expulsión, que podría, por fin, regresar a Malta en 1991.
En cualquier caso, más allá de los avatares militares, La Orden se entregó a su primer objetivo: la hospitalidad. Ocupándose de acciones caritativas durante siglos, llegando hasta la I Guerra Mundial y perpetuándose en la actualidad. Pero arte y ciencia fueron también intereses de La Orden. Durante su estancia en Malta fueron mecenas de artistas, y sus edificaciones destacan por su belleza y sobriedad arquitectónica, creadas por Sarbelloni o Buonamicci; y pintores como Caravaggio trabajaron a su servicio. En la actual Biblioteca Nacional de Malta, construida por la Orden en 1786 se conservan obras y manuscritos que preservan la Historia de la Orden para la posteridad.
En la actualidad La Orden es una organización religiosa laica de entre las más antiguas de la Cristiandad y ostenta el estatus de “sujeto de Derecho Internacional” con carácter de Estado Soberano, aunque no posea territorio o súbditos. Se compone de un Soberano Consejo y la presidencia le corresponde al Príncipe y Gran Maestre con rango de Jefe de Estado. Su carácter religioso es fundamental hoy en día y sus fines actuales siguen siendo los de la defensa de la fe y la ayuda material y moral a los necesitados. En cualquier caso sus desventuras son parte ya de la Historia desde que naciera en medio de las cruzadas, hace varios siglos.
BIBLIOGRAFÍA
MORENÉS Y MARIATÉGUI,C,: "Historia resumida de la soberana Orden de Malta", Madrid, 1995.
SALVÁ, J,:"La Orden de Malta : y las acciones navales españolas contra turcos y berberiscos en los siglos XVI y XVII", Madrid, 1944.
Fuente(s): cmasmblogdehistoria
No hay comentarios:
Publicar un comentario