
Estas tropas estaban integradas principalmente por oficiales aragoneses y catalanes, y una tropa que en su origen estuvo formada por campesinos y pastores oriundos de los valles pirenaicos, y en la época de su mayor actividad procedían de toda la Corona de Aragón, incluidos valencianos, mallorquines, sicilianos, sardos, calabreses, occitanos e incluso griegos y turcos, así como gallegos y asturianos que se unieron a las tropas del rey de Aragón durante la expedición por el imperio bizantino, teniendo como lenguas de habla y comunicación exclusivamente el aragonés y el catalán, pues jamás lo hicieron en castellano.

Descripción hecha por Desclot

Estas gentes que se llaman Almogávares no viven más que para el oficio de las armas. No viven ni las ciudades ni las villas, sino en las montañas y los bosques, y guerrean todos los días contra los Sarracenos: y penetran en tierra de Sarracenos una jornada o dos, saqueando y tomando Sarracenos cautivos; y de eso viven. Y soportan condiciones de existencia muy duras, que otros no podrían soportar. Que bien pasarán dos días sin comer si es necesario, comerán hierbas de los campos sin problema. Y los adalides que los guían conocen el país y los caminos. Y no llevan más que una gonela o una camisa, sea verano o invierno, y en las piernas llevan unas calzas de cuero y en los pies unas abarcas de cuero. Y traen buen cuchillo y buen correa y un eslabón en el cinto. Y trae cada uno una buena lanza y dos dardos, así como una panetera de cuero a la espalda, donde portan sus viandas. Y son muy fuertes y muy rápidos, para huir y para perseguir; y son catalanes y aragoneses y sarracenos.
Bernat Desclot, Libre del rei en Pere e dels seus antecessors passats, cap. LXXIX.
Presencia a comienzos del siglo XII según Zurita
Un testimonio de Jerónimo Zurita en sus Anales de Aragón sitúa a los almogávares en época de Alfonso I de Aragón reforzando hacia 1105-1110 la fortaleza de El Castellar con vistas a la conquista de Zaragoza:
Gánase Tahuste. Guarda de almogávares. De allí fue discurriendo más adelante y tomó el lugar de Tahuste junto a las riberas de Ebro; el cual se ganó por la valentía y grande esfuerzo de don Bachalla. Y poco después comenzó a poner gente plática en la guerra y muy ejercitada en ella, que llamaban almogávares, en el Castellar para que estuviesen en frontera contra los moros de Zaragoza.
J. Zurita, Anales de Aragón, cap. XLI «De las guerras que el emperador don Alonso [por Alfonso I el Batallador] hizo a los moros»
Los inicios: Península Ibérica y Sicilia

Formaban una hueste numerosa,puesto que Pedro III de Aragón (1276-1285) llevó a unos 15.000 en sus expediciones a Túnez y Sicilia, y lucharon también en tierras catalanas durante la Cruzada contra la Corona de Aragón bajo mando de Roger de Lauria, participando en la batalla del collado de las Panizas (en catalán, Coll de Panissars).
Los almogávares en el Imperio bizantino
Tras combatir en la Reconquista y en el sur de la península Itálica, realizaron sus gestas más importantes en Oriente, principalmente en el Imperio bizantino durante el siglo XIV. La expedición de los almogávares al Imperio Bizantino es fruto de tres situaciones:
* Federico II de Sicilia quería deshacerse de los almogávares, ya que estaban causando desórdenes en la isla al haberse quedado sin ningún cometido tras firmarse la paz de Caltabellota (1302). Este acuerdo puso fin a las luchas entre la casa de Anjou y la de Aragón, dejando Nápoles para Carlos II de Anjou y Sicilia para Federico.
* Después del mismo acontecimiento, el antiguo templario Roger de Flor (Brindisi 1266 (?)- Adrianopolis 1305) tenía interés en no ser entregado por sus antecedentes en manos de sus adversarios, ya que Federico tenía muy buena relación con la Santa Sede y tuvo miedo de que la orden del Temple lo reclamara.

Se forma así la Gran Compañía Catalana teniendo al frente a Roger de Flor, que pidió esposa y el título de Mega Dux, al emperador bizantino, lo cual le fue concedido. La expedición zarpó de Sicilia en el verano de 1302 contando con 32 naves y 2.500 soldados, que, junto con sus mujeres e hijos, contabilizaban un total de 7.000 personas.
Tras su llegada a territorio bizantino, y tras una escaramuza con unos genoveses que deja a 3.000 de ellos muertos, entran en batalla contra los turcos, terminando con la vida de unos 13.000 (todos los varones mayores de diez años, no se hacían prisioneros). Prosiguen obteniendo grandes éxitos en su lucha, tomando Filadelfia, Magnesia y Éfeso, y obligando a los turcos a retirarse en Cilicia y en Tauro. Ramón Muntaner, uno de los integrantes de la expedición, narra en su Crónica de los Almogávares que en la batalla de Monte Tauro se enfrentaron a un ejército de unos 40.000 turcos, que se retiraron tras perder aproximadamente 18.000 hombres.
Sin embargo, luchas de poder y problemas de avituallamiento hacen que se encaminen hacia Tesalia, que un siglo antes había caído en manos de barones francos tras la Cuarta Cruzada, y no había sido recuperada por los emperadores de Nicea al tomar Constantinopla.

Los almogávares y el ducado de Atenas
Terminada su venganza, los almogávares forman un consejo de gobierno (Consell de Dotze) y son contratados por el duque de Atenas para luchar contra los griegos. Sin embargo, una vez realizado el trabajo, el barón franco se niega a pagarles y los almogávares se enfrentan a él, derrotándolo en la batalla del río Cefis (1311) y toman posesión del ducado en nombre de la Corona de Aragón, negándose a devolverlo al teórico legítimo heredero del barón. El Papa los insta a devolver el territorio, pero al negarse, los excomulga en 1318.

En 1331, un fuerte ejército armado en Francia con el beneplácito del Papa intenta recuperar Atenas, pero es derrotado. El dominio de los reyes de la Corona de Aragón sobre estos ducados se mantuvo hasta 1391.
Sus caudillos más importantes fueron Roger de Flor, Bernat de Rocafort y Berenguer de Entenza.
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